[…] cuentan, algunos, que en la calle Madrid está la cápsula donde los viajeros hacen contacto.

Tomé esa foto por la mañana camino al trabajo. Hacía frío y estaba nublado. Vi a la mujer de la imagen pasar frente a mí. Algo parecía reclamar. No me acerqué tanto como escuchar con claridad. Me sorprendió y también sentí un poco de miedo. La poca gente a mi alrededor parecía no verla o, tal vez, ella era ya un personaje conocido.


Ella se detuvo frente a otra fotografía, la que le tomaron a la pintura de Juan O’Gorman, titulada División del Norte, donde aparece Pancho Villa y Felipe Ángeles, colgada en el supuesto recinto de la pluralidad, democracia y, claro, el lugar que representa al pueblo, pero, bueno, ese es otro fantasma.


Ella, primero, la miró por unos minutos con reverencia, después, como si algo se encendiera en sus entrañas, como si un compromiso siguiera pendiente, se cruzó el reboso en el cuello y comenzó a manotear, a exigir. El viento despeinó su larga melena negra dejando al descubierto algunas canas, le dio un nuevo acomodo al rebozo morado y se cubrió la cabeza.


A quién, sino, que al mismo general Villa para hablar derecho, pa’ contarle que aquello por lo que luchó sigue en deuda —y no por él—. Que la traición es característica de los bonitos del traje.


Ahora que lo pienso, más que un reclamo, podría ser el parte de guerra. Ella llegó ahí, tal vez usando la cápsula con ese propósito. Migró para denunciar, como tantas otras voces y como tantas otras siguen sin ser escuchadas, sin embargo, no claudican, ni se venden, ni se rinden.

O, tal vez, Ella, sólo paso por ahí…
O, tal vez, Yo¸ sólo “veo fantasmas” y moros con tranchete…

El sexto sentido, Periferia, Ciudad Monstruo, los tamales ya fueron, febrero 05/2024

p.d. Para escuchar qué tal Carabina 30, 30, primero, después su evolución, la que suena duro allá por el sureste mexicano.

[Publicado en Conversatorio ético, estético y político el 06 de febrero del 2024]