Hasta nuestros días han llegado muchísimas leyendas, en su mayoría gracias a la tradición oral y de una u otra manera son parte de la educación popular. No dudo que hayan sido manipuladas en beneficio de algunos (los de arriba) para castigar lo diferente y desconocido o ensalzar purezas.

     Tal vez, en su origen, estas narraciones tenían otro sentido. Lamentablemente no se permitió la construcción desde la visión de los vencidos y así, los supuestos y asegunes se fueron afianzando. Insisto, entonces, en que lo que ves no es lo que parece.

     Desde la península de Yucatán y con el debido cuidado al caminar solo a la luz de la luna y debajo de las estrellas, con el viento de Oriente soplando sobre mí, sintiendo que florezco como el árbol bajo la lluvia, llegó a mis manos La X’tabay. El libro de los libros de Juana Alicia y Tirso G. Araiza.

n.e. lo que está en cursivas, en el párrafo anterior, excepto el título del libro, es una paráfrasis de un texto en La tierra del faisán y del venado (1922) de Antonio Mediz Bolio.

Libro que aún no se publica en formato físico, sin embargo, ya se ha dado a conocer con una exposición en el Museo Palacio Cantón de la ciudad de Mérida, Yucatán. Es posible por su forma: se combinan, en sus páginas, la armoniosa y bella técnica del grabado, la notable y precisa narrativa, el eco del pasado que aún vive materializado en la leyenda de La X’tabay, el eminente cruce de la modernidad y, sí, la narrativa vertida en aquellas crónicas de los conquistadores —consideradas, ya, un género. 

n.e Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo; Cartas de relación, Hernán Cortés; Los naufragios, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, por mencionar algunos textos y autores.

     Juana y Tirso hurgan en el pasado del pueblo de Oxkutzcab, en sus tradiciones, en sus creencias —sin pasar por alto el choque entre la religión traída de occidente y la existente en Mesoamérica—, en la vida cotidiana y nos traen a La X’tabay. Conciben una atmósfera contemporánea, lúgubre, -hasta terrorífica- a partir de esa leyenda y nos dan oportunidad de observar sus vicisitudes, claro, también ponerlas en duda.
Queda, pues, la magia y la confianza de un pasado, que a pesar de sí mismo, vive y se reivindica dejando de lado la satanización, el pecado, la discriminación.

Ciudad Monstruo, a pesar de las vicisitudes de la temporada, lejos de oficialismos y otros remiendos, marzo, 27/24


  
P.D. La X’tabay es la mujer protectora, fuerte, noble, compasiva, hermosa, amorosa, libre.

[Publicado en Conversatorio ético, estético y político, el 02 de abril del 2024]